4. Crea refrescantes cubitos de hielo.
Una forma creativa de usar hojas de menta congeladas es preparar cubitos de hielo con menta. Estos cubitos son perfectos para darle un toque refrescante a tus bebidas sin diluirlos con agua. Simplemente coloca una o dos hojas de menta en cada compartimento de una cubitera, llénala de agua y congélala.
Una vez congelados, estos cubitos con sabor a menta se pueden añadir a cualquier bebida, desde agua y té helado hasta batidos y limonada. A medida que el hielo se derrite, el sabor a menta se libera gradualmente, proporcionando un sabor sutil pero refrescante.
5. Reduce el desperdicio de alimentos:
Congelar hojas de menta es una forma eficaz de reducir el desperdicio de alimentos. Las hierbas frescas suelen echarse a perder antes de usarse por completo, lo que genera desperdicios innecesarios. Al congelar las hojas de menta, puedes prolongar su vida útil y asegurarte de que no se desperdicie nada de su sabor.
Este método es especialmente útil si tienes mucha menta de tu jardín o compraste un buen manojo en la tienda. En lugar de desperdiciar el exceso, congela las hojas y úsalas cuando las necesites durante más tiempo.
6. Conserva el valor nutricional:
Las hojas de menta son ricas en vitaminas y antioxidantes beneficiosos para la salud. Congelarlas ayuda a conservar estos nutrientes, lo que garantiza que puedas disfrutar de sus beneficios incluso después de meses de almacenamiento.
A diferencia del secado, que puede causar pérdida de nutrientes, la congelación conserva su valor nutricional. Esto significa que, al usar menta congelada para cocinar o beber, obtienes los mismos beneficios que la menta fresca.
7. Perfecta para cócteles:
Las hojas de menta congeladas son un gran complemento para los cócteles, ya que aportan un toque de sabor y un efecto refrescante. Se mezclan fácilmente con otros ingredientes, añadiendo un refrescante sabor a menta a tu cóctel sin eclipsar los demás sabores.
Para preparar un batido con menta, simplemente añade un puñado de hojas de menta congeladas a la licuadora junto con tus frutas y verduras favoritas y una base líquida, como leche o zumo. Licúa hasta obtener una mezcla suave y disfruta de un delicioso y nutritivo capricho de menta.
8. Dale un toque de sabor a las sopas
. Las hojas de menta aportan un sabor único y refrescante a las sopas, especialmente a las de influencia mediterránea o de Oriente Medio. Al guardarlas en el congelador, puedes añadirlas fácilmente a las sopas cuando las necesites.
Simplemente coge unas cuantas hojas de menta congeladas y añádelas a la sopa durante los últimos minutos de cocción. Las hojas se descongelarán rápidamente e impregnarán la sopa con sus aceites aromáticos, realzando su sabor.
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