El repollo se ha considerado una de las verduras más saludables durante siglos: rico en vitaminas, fibra, antioxidantes y bajo en calorías. Se utiliza en la cocina, la medicina tradicional y las dietas modernas. Sin embargo, como con cualquier alimento, hay excepciones. Para algunas personas, el consumo regular de repollo puede ser más perjudicial que beneficioso. A continuación, encontrará una “receta” para saber quién debe tener cuidado y por qué.
“Ingredientes” (es decir: quién debe tener cuidado):
Personas con hipotiroidismo (tiroiditis de Hashimoto): el repollo contiene bociógenos que pueden interferir con la absorción de yodo.
Personas con un sistema digestivo sensible: puede causar hinchazón, gases y malestar.
Personas que toman anticoagulantes: un alto contenido de vitamina K puede reducir la eficacia de los anticoagulantes (p. ej., warfarina).
Pacientes sometidos a cirugía intestinal o con síndrome del intestino corto: un exceso de fibra puede irritar el tracto digestivo.
Cómo preparar una dieta consciente:
Si pertenece a alguno de los grupos mencionados, limite el consumo de col cruda, especialmente la col blanca y la col de Saboya.
Elija col hervida, guisada o chucrut: el tratamiento térmico reduce la cantidad de sustancias bociógenas.
Consulte a su médico antes de consumirla, especialmente si padece una enfermedad de la tiroides o está tomando medicamentos.
Si no tiene contraindicaciones, ¡consúmala! Con moderación y como parte de una dieta equilibrada.
Consejos de presentación y almacenamiento:
Conserve el chucrut en el refrigerador, en un recipiente de vidrio o cerámica, no de plástico.
Conserve la col cruda en un lugar fresco y oscuro o en el refrigerador; idealmente, consúmala en una semana.
Consuma la col cocida en 48 horas. Conservar en un recipiente hermético.
No recalentar repetidamente, ya que pierde la mayoría de sus valiosos nutrientes y puede causar más hinchazón.
Variaciones (es decir, sustitutos u otras opciones):
En lugar de repollo, puede optar por:
Col rizada: también rica en vitaminas, pero más fácil de digerir.
Acelgas: más suaves para el estómago.
Espinacas: de fácil digestión y producen menos gases.
Verduras fermentadas distintas del repollo: por ejemplo, rábanos encurtidos, remolacha, zanahoria.
Preguntas frecuentes: