
En cuanto llegué a casa, busqué su nombre y se me heló la sangre. Era un impostor.
Al parecer, tenía un patrón: salía con mujeres, se ganaba su confianza y luego empezaba a robarles. Había estado en prisión varias veces por robo, principalmente en sus trabajos anteriores. Una de sus exnovias incluso había escrito entradas de blog detallando cada paso de su relación, incluyendo cómo se conocieron, y era inquietantemente similar a cómo me había contactado.
No podría estar más agradecido con esa camarera. Su valentía, amabilidad y rapidez de reacción me salvaron de algo terrible. Me di cuenta de que había preparado el incidente de la tarjeta rechazada solo para tener una excusa para enviarme ese mensaje.
Esa noche no solo sirvió una comida. Dio una advertencia.
Nota: Esta historia es una obra de ficción inspirada en hechos reales. Se han alterado nombres, personajes y detalles. Cualquier parecido es pura coincidencia. El autor y la editorial no se responsabilizan de la exactitud, la responsabilidad ni la interpretación de la información. Todas las imágenes son solo para fines ilustrat