Bebida antienvejecimiento de clavo y okra: para una piel sin arrugas ni manchas de la edad

Para preparar dos vasos de esta beneficiosa bebida necesitarás:

  • 5 a 6 okras frescas
  • 4 a 5 dientes
  • 1 cucharadita de polvo de amla ( o 2 rodajas finas de amla fresca, si está disponible )
  • 1 cucharada de semillas de chía
  • Jugo de medio limón
  • 1 cucharadita de miel ( o jarabe de agave para una versión vegana )
  • ½ cucharadita de jengibre fresco rallado
  • 300 ml de agua a temperatura ambiente

Pasos a seguir:

La noche anterior, coloca el quimbombó, el clavo y la amla en un frasco. Cúbrelo con agua,  ciérralo bien y déjalo reposar  en el refrigerador  durante 8 horas. A la mañana siguiente, cuélalo, añade las semillas de chía y deja reposar 10 minutos. Luego, añade el limón, la miel y el jengibre. Mezcla bien y sirve. Puedes refrigerar la segunda tanda  durante la noche .

¿Cuando beber?

¿Lo ideal? Con el estómago vacío por la mañana para una mejor absorción de nutrientes. Una segunda dosis pequeña por la tarde también puede ser beneficiosa, especialmente por sus  propiedades refrescantes y ricas en antioxidantes . Y como con todo lo relacionado con la piel, la constancia es clave: los primeros resultados suelen ser visibles después de tres o cuatro semanas.

Beneficios en unos pocos sorbos

  • Apoyo natural al colágeno:  gracias a la vitamina C del limón y la amla, esta bebida favorece la producción natural de colágeno, esencial para una piel firme y tonificada.
  • Menos líneas finas:  Los antioxidantes del clavo, los ácidos grasos omega-3 de las semillas de chía y las propiedades calmantes del jengibre ayudan a combatir los signos del envejecimiento.
  • Tez más uniforme:  el eugenol (presente en el clavo) y los polifenoles (particularmente en la fruta amla) ayudan a reducir suavemente las irregularidades de la pigmentación.
  • Hidratación natural:  El mucílago de okra y el gel de semilla de chía crean un dúo humectante que actúa de adentro hacia afuera.
  • Escudo protector:  Protección real contra las agresiones cotidianas como la contaminación y el estrés oxidativo.

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