Preparar las espinacas:
Lava las espinacas y cuécelas en una sartén con un poco de aceite durante 2-3 minutos hasta que se ablanden. Escúrrelas bien y pícalas ligeramente.
Batir los ingredientes:
En un bol grande, bate los huevos con la nata, el ricotta, el queso rallado, la harina y la levadura.
Añade sal, pimienta y una pizca de nuez moscada.
Incorporar las espinacas:
Agrega las espinacas al bol y mezcla todo con una espátula hasta obtener una masa homogénea.
Hornear:
Vierte la mezcla en un molde rectangular forrado con papel vegetal o engrasado.
Hornea a 180 °C durante 40–45 minutos, o hasta que el pastel esté dorado y firme al tacto.
Servir:
Deja enfriar un poco antes de desmoldar.
Puedes servirlo templado o frío, acompañado de una ensalada o como entrante.