Vapear, incluso sin nicotina, suele presentarse como una alternativa más saludable al tabaco. Sin embargo, numerosos estudios, incluyendo uno realizado por la Universidad de Pensilvania y publicado en la revista Medical and Life Sciences, revelan que esta práctica puede tener graves consecuencias para la salud.
Ingredientes de los líquidos para vapear sin nicotina
Los líquidos para vapear utilizados en los cigarrillos electrónicos contienen sustancias como propilenglicol, glicerina vegetal y diversos saborizantes. Al calentarse, estos ingredientes pueden liberar compuestos tóxicos como el formaldehído y la acroleína, que son irritantes e inflamatorios para las vías respiratorias.
Efectos respiratorios
Inhalar el aerosol del cigarrillo electrónico puede causar inflamación de las vías respiratorias, causando tos, irritación de garganta y dificultad para respirar. Las investigaciones indican que estos efectos no se limitan al uso prolongado: incluso una sola sesión de vapeo puede reducir la saturación de oxígeno y afectar temporalmente la función pulmonar.
Efectos Cardiovasculares
Estudios realizados en la Universidad de Pensilvania también revelaron que vapear, incluso sin nicotina, afecta la circulación sanguínea. Un solo uso puede reducir el flujo sanguíneo en arterias principales, como la femoral. Esta reducción se debe a la presencia de partículas ultrafinas que penetran profundamente en el sistema circulatorio, causando estrés oxidativo e inflamación, dos factores asociados con las enfermedades cardiovasculares.
Los dispositivos de vapeo a veces liberan metales pesados como níquel, plomo y cromo, presentes en aerosoles inhalados. Estas sustancias, al inhalarse repetidamente, pueden causar trastornos neurológicos y daños pulmonares graves.
Un Peligro Subestimado