absorben el exceso de sebo y
ayudan a limpiar las impurezas que obstruyen los folículos.
Todo esto sin dañar la epidermis. Es el aliado perfecto para quienes buscan una solución suave pero efectiva para combatir los puntos negros.
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¿Lista para probarlo? Aquí te explicamos cómo convertir tu cocina en un ritual casero de cuidado de la piel:
Qué necesitas:
1 huevo fresco (preferiblemente orgánico)
Pañuelos desechables o papel higiénico (en tiras)
Un tazón pequeño
Un pincel limpio o… los dedos bien lavados
Pasos:
Separa la clara de la yema. Coloca la clara en un tazón.
Lávate la cara con agua tibia para abrir los poros.
Aplica la primera capa de clara en las zonas a tratar (nariz, barbilla, frente).
Pega las tiras de papel a la clara aún húmeda.
Cúbrelas con una segunda capa para asegurarlas firmemente.
Deja secar de 15 a 20 minutos, hasta que se sienta ligeramente tirante.
Retíralo con cuidado, empezando por los bordes.
Enjuaga con agua fría para cerrar los poros.
Por último, aplica una crema hidratante ligera para calmar la piel.
Satisfacción garantizada: a veces aparecen pequeños granitos en el pañuelo. ¡Tus poros estarán limpios!
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Consejos adicionales para una piel suave
Úsalo una o dos veces por semana como máximo.
