🤔 Una escena tranquila… que termina en un caos inesperado
Imagínense esta escena con calma: cuatro niños están sentados cómodamente en las ramas gruesas de un gran árbol. El cielo está despejado, las nubes parecen algodón y una brisa ligera mueve las hojas. Todo transmite paz, inocencia y la típica despreocupación de una tarde soleada.
Cada uno de los niños mira alrededor con curiosidad, sin imaginar que ese momento perfecto está a punto de convertirse en una situación completamente absurda.
Todo sigue normal…
Hasta que uno de ellos decide levantar una sierra.
En ese preciso instante, el ambiente cambia. La tranquilidad del árbol se rompe con el sonido del metal: cric-cric-cric. Los demás lo miran sin entender muy bien qué está pasando, pero pronto la escena se transforma en una mezcla de humor, peligro y decisiones muy cuestionables.
🧒🌿 Cuatro niños, cuatro decisiones… y un solo árbol
Los nuevos personajes —diferentes a los del dibujo original— muestran expresiones más exageradas, miradas sorprendidas y posturas que cuentan una historia por sí mismas:
🔹 El niño 1
Está sentado al borde de la rama, tranquilo, como si estuviera en un parque. No corta nada, no hace ruido, no molesta… pero tampoco se da cuenta de que su posición depende totalmente de lo que los demás hagan.
🔹 El niño 2
Es el que inicia el desastre. Toma la sierra con decisión y empieza a cortar la rama exactamente donde él mismo está sentado. Su cara muestra una mezcla de concentración y orgullo, sin entender que su destino está… literalmente, bajo sus pies.
🔹 El niño 3
Observa la escena pero toma la peor inspiración posible: él también empieza a cortar, no su propia rama, sino la del niño 2. Su expresión es de picardía, como si estuviera haciendo una broma, sin medir consecuencias.
🔹 El niño 4
Tiene una actitud relajada. Sabe perfectamente que está serruchando su propia rama, pero su sonrisa indica que no se imagina lo que va a pasar después. Es el tipo de persona que piensa: “No puede ser tan grave… ¿verdad?”.
