u temperamento fogoso se traduce en una energía desbordante. Con él, no hay medias tintas: es intenso, vibrante, a veces impulsivo. Le encanta sorprender, seducir y provocar, con una espontaneidad que puede ser tan cautivadora como desconcertante.
Aries representa el fuego de los comienzos, la emoción de lo inesperado, el impulso sin filtro del corazón.
Tauro: puro placer
Tauro, un signo de Tierra con influencia de Venus, encarna una sensualidad suave, pausada y refinada. Le gusta crear un ambiente que propicie la relajación y la conexión sensorial: iluminación suave, música relajante y gestos deliberados…
Prioriza la calidad sobre la velocidad y destaca en el arte de la atención gestual. Con él, cada emoción es una exploración, cada momento compartido, una experiencia sensorial.
Su tacto es preciso, sus gestos, deliberados, y se toma el tiempo para prolongar el placer. Hacer el amor con un Tauro es como saborear una obra de arte bien elaborada, donde nada se deja al azar.