Los beneficios de la terapia con animales
La terapia asistida con animales, comúnmente conocida como terapia con mascotas, ofrece numerosas ventajas para el bienestar humano. Guiadas por un terapeuta que facilita la interacción, estas sesiones crean una conexión natural y sin prejuicios entre humanos y animales. El resultado es una experiencia profundamente relajante y gratificante.
Tanto para adultos como para niños, pasar tiempo con animales puede mejorar la calidad de vida en general e incluso ayudar a abordar problemas psicológicos. Los beneficios de esta terapia incluyen:

Fomentar la interacción social y la comunicación
Reducir el estrés, la ansiedad y la soledad
Fortalecer la memoria y la función cognitiva
Mejorar las habilidades motoras, así como la percepción espacial y temporal
Apoyar el desarrollo del lenguaje y el procesamiento cognitivo
Promover la expresión emocional
Fortalecer la autoestima y la confianza
Ayudar a las personas a adaptarse a nuevos entornos
Los investigadores planean extender este estudio a los lobos, un pariente cercano de los perros, para explorar si esta capacidad es exclusiva de los animales domésticos.
Empatía canina
Los perros también parecen observar las interacciones sociales de sus dueños. En otro experimento, desconocidos pidieron ayuda en la calle. Posteriormente, quienes ayudaron al dueño del perro intentaron alimentarlo.
Los resultados fueron intrigantes: los perros aceptaron voluntariamente la comida de quienes habían ayudado a sus dueños. Sorprendentemente, también aceptaron comida de personas neutrales que no habían interferido. Sin embargo, rechazaron rotundamente la comida de individuos que habían sido groseros o agresivos con sus dueños.
Además, los perros pueden interpretar los gestos y las expresiones faciales humanas. Un estudio publicado en Biology Letters por la Royal Society británica descubrió que los perros pueden discernir emociones basándose en nuestro tono de voz y señales faciales.
Son la única especie no humana capaz de reconocer tanto la alegría como la ira en los humanos. “Nuestra investigación demuestra que los perros integran múltiples estímulos sensoriales para formar una comprensión coherente de las emociones humanas y caninas”, explica Kun Guo, investigador de la Universidad de Lincoln.
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