Mi esposo quería una prueba de ADN y estaba convencido de que nuestro hijo no era suyo. Cuando los resultados estuvieron listos, el médico llamó y dijo algo terrible… (VERSIÓN EXTENDIDA, MUY LARGA)

Días de espera – el tiempo más largo de mi vida

Por la noche, me levantaba, me sentaba en el sofá y me agarraba la barriga.
Le decía a mi bebé:
«No te preocupes, cariño. Mamá te quiere. Mamá te protegerá».

¿Y mi marido?
Daba vueltas por la casa nervioso, encerrado en su estudio, estudiando artículos y estadísticas.
Cada mirada que me dirigía decía una cosa:
«Me estás ocultando algo».

La llamada telefónica que lo arruinó todo

Cuando el médico llamó, yo estaba en la cocina.
Tenía la sensación de que era hoy.
La voz del médico sonaba más seria que de costumbre.
Dijo secamente:

“Por favor, venga inmediatamente. Necesitamos hablar de esto en persona.”

Se negó a decir nada por teléfono.
Y eso siempre es mala señal.

El camino a la clínica era como un túnel sin fin.
Mi esposo guardaba silencio.
Yo guardaba silencio.
Solo nuestros corazones latían con fuerza, cada uno por una razón distinta.

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