
En total hay 14 rostros. Aquí están sus ubicaciones arriba:
¿Quieres crear el tuyo propio?
Coge una libreta, un lápiz y una foto de un árbol. Deja volar tu imaginación: dibuja caras basándote en las curvas naturales de las ramas y los nudos. Un juego creativo y relajante que desarrolla la capacidad de observación.
Conclusión: El bosque te observa… ¿Serás capaz de verlo?
Los rostros ocultos entre los árboles nos recuerdan que hay magia en las cosas sencillas, si nos detenemos a observarlas. Así que la próxima vez que te encuentres con un viejo roble o un arce de formas retorcidas… detente un instante: ¿y si una mirada silenciosa te espera entre dos hojas?