¿Quién puede resistirse al irresistible aroma de galletas recién horneadas que inunda la casa? Sea cual sea tu experiencia, a veces se te antoja una receta sencilla. Por eso esta receta es tan útil: es un método infalible para preparar galletas deliciosas de forma constante. Puedes preparar una tanda de estas suaves y tostadas galletas en un abrir y cerrar de ojos, con solo unos pocos ingredientes y un mínimo esfuerzo.
Primero, reúne tus utensilios. Es fundamental tener ingredientes como harina común, mantequilla, azúcar, huevos, bicarbonato, sal y cualquier otro ingrediente que tengas a mano, como chispas de chocolate, nueces o frutos secos. Puedes personalizar estas galletas fácilmente a tu gusto o usar los ingredientes que tengas disponibles, ya que esta receta es muy versátil. Sin embargo, estas galletas son bastante fáciles de hacer, así que no te preocupes si te falta algo.
Bien, empecemos. Primero, forra dos bandejas para hornear con papel vegetal y precalienta el horno a 175 °C (350 °F). A diferencia de muchas otras, esta receta solo requiere los ingredientes y métodos más básicos. Una vez que la mantequilla y el azúcar estén batidos hasta obtener una masa ligera y esponjosa, añade los huevos uno a uno. Incorpora poco a poco los ingredientes secos, mezclando bien después de cada adición, hasta obtener una masa suave. Si conoces a algún joven entusiasta, no dudes en pedirle ayuda.
¡Ahora es momento de agregar los ingredientes! Experimenta con sabores y texturas, ya sea que prefieras las tradicionales galletas con chispas de chocolate o unas galletas más exóticas. Asegúrate de que todos los ingredientes estén distribuidos uniformemente al agregarlos a la masa. Luego, coloca cucharadas de masa en las bandejas preparadas, dejando suficiente espacio entre cada galleta para que se extiendan durante el horneado. Las galletas doradas, ligeramente crujientes por los bordes y deliciosamente masticables por dentro, estarán listas en solo unos minutos.
Se necesitan dos tazas y media de harina para todo uso.