Además de la purificación sanguínea, el té de cúrcuma tiene un impacto positivo sobre la piel. Las propiedades antiinflamatorias de la cúrcuma son útiles para tratar diversas afecciones cutáneas, como el acné, la dermatitis y la rosácea. La infusión de cúrcuma también ayuda a reducir el enrojecimiento y la irritación de la piel, al tiempo que combate los radicales libres que aceleran el envejecimiento celular. Como consecuencia, quienes consumen esta bebida de manera regular pueden notar una piel más radiante y menos propensa a imperfecciones.
Los riñones también se benefician del consumo de té de cúrcuma. Estos órganos son fundamentales para eliminar los desechos y el exceso de líquidos del cuerpo. La cúrcuma favorece el funcionamiento de los riñones al ayudar en la eliminación de toxinas de forma más eficiente. Asimismo, se cree que esta infusión puede prevenir la formación de cálculos renales, una condición dolorosa que afecta a muchas personas. La desintoxicación proporcionada por el té de cúrcuma contribuye a mantener los riñones saludables y funcionando correctamente.